Anuencia el minuto frágil y
asusta el tiempo, evita que la gente tiemble
ante la muerte, sin él la vida siente miedo al viaje sin orillas, mensajero del
Dios grande advierte el fin, y da el instante final, espías de los dioses,
acompaña y protege, como una sombra blanca guarda al que lo posee. No usa collar,
ni piedras coloreadas no le gustan ni las nacaradas escamas del pescado ni las
brillantes plumas de las águilas, santo sobrio; rechaza lo postizo y lo
ostentoso, Se da con los guerreros, es gallo de plata o paloma de posada sobre
eje de metal, sonto frio, adivino callado y poderoso, de él se sabe poco porque
sabe mucho, tiene grandes secretos, posee las cargas de los cuatro vientos
cardinales, si cae presagia muerte, no habla porque la verdad es muda, todo es
suspenso inmóvil. Vacía la extensión del mundo en la silenciosa noche.
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